No sabemos valorar,
que tenemos el mejor regalo,
tenemos vida para vivir,
“y normalmente no la sabemos vivir”.
Cuando somos jóvenes,
creemos que todo es alegría,
que la vida es siempre igual,
”que nunca se puede acabar”.
Es un “legado”,
que pasa desde los “ancestros”,
ya sea hombre o mujer,
“todos llegamos a este mundo a vivir”.
A veces en la vida,
no es la misma para todos,
unos nacen con estrellas,
“y otros nacemos estrellaos”.
Es la ley de la vida,
pero todos tenemos,
un mismo denominador común,
“no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”.
Cuando somos jóvenes,
se hace más de notar,
nuestros padres son pesados,
“porque se empeñen en regañarnos”.
Pero cuando nos faltan,
maldecimos el tiempo,
que los tratamos de ignorar,
”pero siempre están ahí para nosotros”.
Cundo vamos creciendo,
nos creemos superiores,
no nos acordamos,
”como sufrieron para criarnos”.
Cuando nos recordaban,
sus sacrificios por nosotros,
nosotros les decíamos,
”que nos lo echaran en cara”.
Pobrecitos de ellos,
sólo deseaban expresarnos ,
el dolor que sentían,
“sólo deseaban un simple cariño”.
No hay nada más ,
orgulloso para un padre,
que ver sus hijos realizados,
“y sentirse orgullosos de nosotros”.
Pero cuando llega el desprecio,
es un dolor muy agudo,
que no tiene calificativo,
“pero si causa un gran desprecio “.
Así pasa el tiempo,
poco a poco nos olvidamos,
después de todo el sacrificio,
“los dejamos viviendo en su suplicio”.
Pero un día no lejano,
en cuestión de segundos,
se les acaba el suplicio,
“se les acaba la vida”.
Después nos vienen los llantos ,
la tristeza contínua interminable,
pero nada nos calma el dolor,
“de nuestros remordimientos de ausencia”.
Después buscamos bonitos recuerdos,
pero estos son escasos,
los mejores momentos,
”se los negamos en todo momento”.
Por eso con unos segundos,
nos cambia la vida,
pero nosotros podemos cambiarla,
“con las contestaciones bien medidas”.
Ya no volverán jamás,
a reprocharnos en nada,
pero tampoco estarán ahí,
“para hacerlos felices sin fin”.
Por esto en esta vida,
ya sea con estrella ,
o estemos sin ellas,
“siempre nos estrellamos al renegar de ella”.
Nunca debemos de renegar,
el legado de la vida,
sabiduría y respeto,
“y con cariño devolvemos el legado de la vida”.
Hoy en este día,
valoremos a quién tengamos en vida,
que cuando cambian de vida,
“los remordimientos no se olvidan”.
La vida es solamente una,
vívela siempre valorando,
quien te ayuda a superarte,
“en la otra vida jamás podrán ayudarte”.
Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)