“Lejanía de ti”
Aquí en la lejanía,
tengo una tristeza,
nunca deseé estar así,
“esto nunca pensé me pasaría”.
Que a mí esto me pasaría,
que tú tan lejos,
te olvidaras de mí,
“que poco signifique para ti”.
Y yo amándote ,
con todo mi corazón,
y la pregunta que me “carcome”,
¿dónde quedó nuestro amor?.
Maldito este castigo,
al viento le digo,
mis suspiros le lanzo,
“por qué sufrir esto que te digo”.
El viento es el testigo,
de mis sentimientos,
pero mucha calma y sosiego,
“para sentirla siempre pido”.
Me libre de este mal,
un mal de amores,
que nunca va a terminar ,
“si lo consigo soportar”.
Te prometí amarte,
protegerte y cuidarte
por cosas del destino,
“me vine abriendo camino”.
En vez de esperarme,
de otro corazón,
tú te enamoraste,
“señor mío ayúdame”.
Deseo de esto sanarme,
no hay peor enfermedad,
que un mal de amores,
“y un corazón sin sanar”.
Con un corazón destrozado ,
siguiendo estando enamorado,
las lágrimas son ardientes,
“cuando salen tan dolientes”.
La sangre ardiente,
sangre de los sentimientos,
que nacen de mi corazón,
“con dolor sigue sangrando”.
Este corazón herido,
que hoy sufre por amor,
sin encontrar consuelo
“a este gran dolor”.
Un dolor tan grande,
que está en mi interior,
doliendo en mis adentros,
“que me arden por dentro”.
Muy vivamente sin parar,
sin dejarme de respirar,
para volver a sentir,
“tu amor tan puro”.
Aunque ahora me duela
ya es ajeno el tuyo,
eso lo hace más agudo,
“saber que ya lo he pedido”.
Más intenso cada vez,
que en ti pienso,
por qué sufro este castigo,
“escucha lo que te digo”.
Cuándo pasará este dolor,
que me libere,
de mis sufrimientos,
“aunque a la muerte me entregue”.
Este gran dolor ,
que tengo tan dentro,
que me arranca el alma,
“sacándome el corazón de adentro”.
Me falta la respiración,
no tengo ilusión,
ni tampoco hambre,
“siento que me sobra la vida”.
Nada me calma ,
mi único sosiego,
que me puede calmar,
“eres sólo tú”.
Pero eso ya es historia,
necesito pasar página,
y liberarme de esto,
“de este dolor que siento”.
Tengo tanto dolor de corazón,
el tormento de sentimiento,
libérame con tus palabras,
“aunque sólo sea un momento”.
Con sólo escucharte,
puedes ser mi salvación,
ayúdame a encontrar,
“de nuevo mi felicidad”.
Aclárame las ideas,
aunque sea por última vez,
no dejes que tu silencio,
“termine de enterrar mis sentimientos”.
Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)