«Estimulo emocional»



Las parejas están destinadas,
a poder encontrarse,
porque el amor es natural,
están destinados a conocerse.

Cuando se conocen,
estalla esa magia bendita,
que le llamamos química,
una sensación muy bonita.

Una sensación que nos cambia,
estimulando nuestros pensamientos,
extrañando esa persona maravillosa,
soñando estando despiertos.

En ese sueño sentimos,
tener a esa persona al lado,
saboreando todos los momentos,
que hemos vivido.

Vivir intensamente cada momento,
con la persona adecuada,
es la mejor experiencia,
que nos puede regalar la vida.

La vida nos regala,
momentos tan naturales,
que saber disfrutarlos,
los hace tan especiales.

Especiales para estimularnos,
en cada pensamiento,
porque todos los momentos,
se convierten en sentimientos.

Cada sentimiento que nace,
es un estímulo positivo,
que suele dar aliento,
aunque nos sintamos negativos.

Sentirse negativo suele pasarnos,
pero solo con pensar,
en la persona que nos espera,
el estimulo suele cambiar.

El estimulo que nos llena,
de la adrenalina necesaria,
para vivir la vida intensamente,
con el estimulo de la emoción diaria.

“Toda persona suele tener unas emociones alimentados por los estímulos de nuestra alma en cada momento convirtiéndose en inolvidable”.

«Tus besos me derriten»

Tus besos suelen ser,
como sol de verano,
que encienden mis deseos,
hasta el punto de quemarnos.

Ese punto tan deseado,
que nos tiene hechizados,
porque sentir tus besos,
se convierte en un pecado.

Un pecado tentador,
un deseo muy sabroso,
al saborear tus labios,
ese manjar tan delicioso.

Un manjar prohibido,
y yo me siento privilegiado,
porque me puedo derretir,
cuando te tengo a mi lado.

Tenerte a mi lado,
es una dicha tan grande,
y me siento tan orgulloso,
que me envidian todos los hombres.

Un hombre se suele sentir,
como si estuviese en el paraíso,
disfrutando de los besos,
aunque los pruebe sin permiso.

Un permiso atribuido,
por mi corazón,
que suspira por ti,
palpitando de emoción.

Palpita tan fuerte,
que desea escaparse,
al sentirse prisionero,
buscando a forma de liberarse.

Liberase de las ataduras,
que tiene la cordura,
porque estando contigo,
disfruta de una maravillosa locura.

La locura que me invade,
derritiéndome al sabor,
de tus labios de miel,
cuando los beso con pasión.

“La sensación que tus besos ejercen en mí es como el hielo se derrite al calor cuando roza tu cuerpo fundiéndose en el momento de la pasión”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)

«Tal vez»



Tal vez en la vida,
cuando lo tuvimos todo,
no lo supimos aprovechar,
y lo hemos desperdiciado.

Desperdiciamos los momentos,
cuando podíamos decidir,
y ahora sin remedio,
tenemos que resistir.

Resistir ante las adversidades,
ahora que nos resignamos,
por no saber aprovechar,
las oportunidades que teníamos.

Unas escasas oportunidades,
cuando siempre poníamos excusas,
ahora deseamos conseguir méritos,
que sean tal vez buenas causas.

Tal vez la solución,
la teníamos delante de nosotros,
pero estábamos ciegos,
y le echábamos la culpa a otros.

Pero la culpa,
era solo nuestra,
y para botón,
siempre tendremos la muestra.

Como muestra de personalidad,
debemos de reflexionar,
que antes de actuar,
primero debemos de pensar.

Pensar que hacemos lo correcto,
y que el día de mañana,
no nos pueda pasar factura,
con lo que eso entraña.

Entraña que si tal vez,
valorásemos cada momento,
la vida sería distinta,
y no necesitaríamos lamentos.

Para evitar los lamentos,
evitemos el sentir ese tal vez,
para sentirnos como personas,
disfrutando de la vida a la misma vez.

“Tal vez si supiésemos las consecuencias de nuestros actos tendríamos una vida llena de buenos sentimientos sin tener remordimientos”.

Miguel de la Mancha

«Bajo la cobija»



En una noche fría,
cuando en viento soplaba,
sentía como llovía,
pero no me mojaba.

No me podía mojar,
porque estaba acompañado,
contigo en la cama,
estábamos bien cobijados.

Cobijados bien pegaditos,
para darnos calorcito,
cuerpo a cuerpo,
los dos bien cobijaditos.

Los dos en la cama,
sintiendo la tentación,
por confidente el diablo,
incitando a la pasión.

Una pasión que sentimos,
cuando a la ves nos necesitamos,
para poder calentarnos,
debemos de juntarnos y pegarnos.

Pegarse como el metal.
atraído por el imán magnético,
con esa fuerza natural,
que nos obliga a estar junticos.

Obligados al liberar,
nuestra mente cuando siente,
indefensa por el deseo,
cuando se pone ardiente.

Ardiente se pone,
nuestra piel erizada,
con el mínimo roce,
bajo la cobija tapada.

Una cobija confidente,
al sentir que el ambiente,
por causa de la lluvia,
nos une para sentirnos calientes.

Nos sentimos calientes,
al estar bien pegados,
cuando nuestros cuerpos,
se sienten bien cobijados.

“Con el sonido de la lluvia se siente más sabroso en la colaboración de la cobija siendo para nosotros nuestro mejor confidente”.

Miguel de la Mancha