«La noche màgica»

Un niño esperaba con ansiedad,
la llegada de esta noche,
la noche tan especial,
“noche de los reyes magos”.

Era una noche tan gélida,
como podía ser,
en el mes de enero,
”no era frio sino hielo”.

Aunque el sueño,
le hacía de bostezar,
era más fuerte,
“el deseo de conocer a sus altezas”.

A sus ocho años ,
se había hecho la promesa,
que este año sería,
“el año de de la dicha”.

Los padres le mandaban a dormir,
pero é se resistía,
no quería irse a la habitación,
“le envolvía el deseo y la ilusión”.

Caminaba junto al árbol,
miraba por la ventana,
a ver si podía ver un indicio,
”de la llegada de los reyes magos”.

Miraba con felicidad,
los vasos de leche,
que servirían de alimento,
”en la larga noche de trabajo”.

Mientras los papás dormían,
el niño se levantó,
esta tan deseoso de velos,
”que la curiosidad venció al sueño”.

En la noche más mágica ,
siempre están los sacrificados,
para darnos felicidad,
“los reyes magos”.

Pero el niño pensaba,
que él tendría muchos regalos,
y por qué los niños pobres,
“los reyes no llegaban”.

Si todos eran niños,
él tenia de todo ,
y los niños pobres,
“deseaban tener aunque sólo fuese uno”.

Si era una noche mágica,
porque las personas de la calle,
seguían durmiendo con este frio,
“entre cajas de cartón”.

Por que seguían gritándose,
los vecinos de al lado,
como todos los días,
“como si fuese una pelea”.

Y por qué los abuelitos,
se habían ido al cielo ,
sin despedirse de él,
”por estar enfadados con sus papás”.

Eran tantas las preguntas,
que le rondaban la cabeza,
que comenzó a bostezar,
“cuando una luz asomó por la ventana”.

Sintió un temor,
como si de una experiencia ,
le tratase de amedrentar,
“pero seguía valiente en su intento”.

No eran los reyes magos,
eran unos simples ladrones,
que sin piedad ninguna,
“atacaron al niño valiente”.

El niño se cayó al suelo,
no se lo podía creer,
lo que era una noche mágica,
“se convirtió en noche trágica».

Los ladrones al ver su error,
decidieron volver a marcharse,
estaban tan aterrados,
“presas cobardes por el pánico”.

Con tan mala fortuna,
que al huir donde el coche,
tropezaron con la policía,
“que los atrapó con otros botines”.

La magia de los reyes,
se hizo latente,
los rateros se lamentaban,
“maldiciendo su mala suerte”.

El niño despertó del golpe,
pero comenzó a llorar desconsolado,
otro año más había pasado,
“y a los reyes no había podido ver”.

“aunque sea una ilusión disfrutemos del día de los reyes magos”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)