«Que somos tù y yo»

A pesar de la distancia,
en el silencio,
de mi fría habitación,
“sufriendo tu ausencia”.

Noche tras noche,
sufriendo la tortura,
deseando estar juntos,
“satisfaciendo nuestro amor”.

Aunque estemos separados,
sintiéndonos en la distancia,
extrañándonos en todo momento,
nos pensamos,
nos deseamos,
nos amamos,
nos extrañamos,
“todo me recuerda a ti”.

Aquí todo son pensamientos,
en mi habitación,
mirando tu retrato,
“suspirando por ti”.

Susurrándole a la melancolía,
mi cama suspira,
extrañando tu compañía,
“sintiéndote a mi lado”.

Pensando en el momento,
deseoso una vez más,
por sentir tu cuerpo,
“desnudo y complaciente”.

Deseoso de sentir “a mi amor”,
excitándose al paso de mis dedos,
deseando de fundirse,
“en el fuego de la pasión”.

Como deseamos los dos,
sentirnos como diablos,
poseídos por la lujuria,
“cabalgando en su juego”.

Atrapados por la pasión,
con ese deseo insaciable,
de hacernos llegar,
“al éxtasis del placer”.

Mis labios ansían,
como el fuego ardiente,
besar todo tu cuerpo,
“como si fuese un dulce Carmelo”.

Es mi dulce tentación,
poder besarlo completo,
rincón a rincón,
“haciéndote vibrar una vez más”.

Explorarlo con mis besos,
de arriba abajo,
de extremo a extremo,
“recreándome en tus senos”.

Maravilla de la naturaleza,
poder descubrir la magia,
inolvidable e insaciable,
“saboreando tus encantos”.

Hacer excitar tu cuerpo,
erizándolo cada vez más,
y que no pares de suplicarme,
“que te haga mía”.

Así lo serás,
como tuyo soy yo,
así somos los dos,
“dos locos apasionados”.

Inmersos en un mundo,
de lujuria y pasión,
y así dejarnos llevar,
“sin importarnos nada ni nadie”.

Inmersos en el deseo,
sin poner frontera,
dejándonos de llevar,
“en nuestras fantasías de amor”.

Fundirnos los dos,
en un solo cuerpo,
dejándonos llevar cada vez,
“por el fuego de la pasión”.

Sin mirar el tiempo,
sin que nada ni nadie,
nos impida culminar nuestro deseo,
“que sentimos de amarnos”.

Como fieles esclavos,
de la lujuria y la pasión,
que nos pide nuestro cuerpo ,
“sediento y hambriento”.

Estamos deseosos de amor,
te deseo ,
te extraño,
“te necesito conmigo”.

Mi cama te espera,
mi alma se desespera,
por sentirte mía,
“para poseerte todos los días”.

Para poder compartir todos los días,
descubriendo la magía,
la magia del amor,
“la aventura de la vida”.

Sería mi mayor satisfacción,
despertar todos los días,
y susurrarte al oído,
“te amo mi amor”.

Eres el motivo de mi vida,
la razón de mi ser,
siempre seremos los dos,
“dos locos enamorados”.

Viviendo en nuestro mundo,
disfrutando nuestro paraíso de amor,
donde sólo vivimos ,
“tú y yo”.

Vivir nuestra felicidad,
cumplir nuestros deseos,
solamente y únicamente,
“entre tú y yo”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)