Esta tarde en aquel banco,
viendo como tantas veces,
una y otra vez,
“la gente de pasear “.
Ajeno al mundo,
viendo los niños jugar,
una tristeza me invadía,
“te extrañaba como cada día”.
Suenan en mi mente,
cuando al oído ms decías,
que nada nos separaría,
“pero eso nadie lo pensaría”.
Ay mi amor,
que duro es el destino,
con dolor en mi corazón,
“yo sé que me estás observando”.
Con esa carita linda,
que siempre estas sonriendo,
extraño tus risas,
“tu contagiosa alegría”.
Para hacer feliz mis días,
desearía volver a sentir,
saborear ese beso ,
“que iluminaba mis días”.
Por una vez más,
desearía de nuevo,
sentir tus celos,
“sabiendo que tú eras la única”.
Verte tan sonriente,
y la vecina al saludarte,
cómo siempre tan cordial,
“siempre tenias tanta felicidad”.
Extraño tus desayunos,
tu deseo de desearme,
de un maravilloso día,
“que me acompañaban todo el día”.
Tus mensajes de amor,
tu forma de sonreir,
tus rosadas mejilla,
“me fascinaban cada día”.
Cada día me fascinaba,
al verte iluminada,
al sentirte enamorada,
“verte tan entregada”.
Por qué tuvo que suceder,
sin ti mi vida,
no tiene sentido,
“no deseo llegar a casa”.
Con ese ansia,
que antes tenía,
ese desespero continuo,
“desesperado por verte”.
Cuando me preguntabas,
dónde venía de todo el día,
hay amor mío,
“que tristeza sin final”.
Cada día sin ti”,
que día sin luz,
interminable es la noche,
“no de pasión al contrario de dolor”.
Yo sé que tú me ves,
por mi te alegras,
por ti me desespero,
“cuando yo prospero”.
Cuando será el día,
que vuelvas a ser mía,
espero sientas mi pensamiento,
“desde la tierra hasta el cielo”.
El deseo de tus besos,
la pasión de nuestro amor,
estar juntos los dos,
“sólo eso le pido a Dios”.
Pero eso es difícil,
poder juntar nuestros caminos,
que nos unan eternamente,
“que los ángeles nos guarden”.
Con lágrimas en los ojos,
desde el día que te despedí,
bonito funeral,
“amor mío de mi corazón”.
Pero nunca lo olvides,
“te amo” con todo mi amor,
tú allá en el cielo,
“y yo aquí sin consuelo”.
A vivir en soledad tengo miedo,
pero pasará mucho tiempo,
para que se cumpla la dicha,
“de estar juntos en el cielo”.
Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)