Hoy es un día especial,
estoy muy feliz,
por fin llegó el momento,
“hoy sentí tu pasión “.
Este mi amor enfermizo,
que me derrite por ti,
por sentir tus besos,
“por sentirme tuyo de nuevo”.
Al verte partir,
me falta el aire,
desearía morir,
“al quedarme sin ti”.
Ayer día por fin,
pude saborear tus labios,
pensé me iba a morir,
“al sentir tanta dicha sintiéndote”.
Era tan sublime,
al tenerte junto a mi,
sabes una cosa,
“eres todo en mi vida”.
Eres todo para mí,
eres mi felicidad ,
la razón de mi vida,
“una maravillosa causa para existir”.
La experiencia nuestra vivida,
era la más esperada,
ese deseo de pasión ,
“por el cual moríamos los dos”.
Poder acariciar tu cuerpo,
hasta sentirlo estremecer ,
era una maravillosa sensación,
“al sentir el roce de mis labios”.
Que felicidad sentíamos,
viviendo nuestra pasión,
estando tan inmersos,
“dentro del fuego de la pasión”.
Donde nos poseíamos,
tan llenos de amor,
hoy reboso de felicidad,
“saboreando la miel de tus labios todavía”.
Haberte podido sentir,
de tocar las estrellas,
cada vez que te estremecías,
“haciendo el amor ardientemente”.
Me embriagaba la dicha,
de verte tan feliz,
disfrutando cada momento,
“con amor y sentimiento”.
Cuando te tuve en mis brazos,
jamás me pude imaginar,
lo que iba a pasar,
“cuando nos llegásemos a amar”.
Cada momento que estábamos,
haciendo el amor apasionadamente,
jamás me pude imaginar,
“de cuanto iba a disfrutar contigo”.
Era algo tan profundo,
al sentirte gozar ,
una y otra vez,
“hasta hacerte enloquecer”.
Me pedías bésame,
suavemente y volvía,
a acariciarte de nuevo,
“tu cuerpo de angelito endiablado”.
Lo guardo en mi corazón,
y me siento afortunado,
rebosante de felicidad,
“hacer realidad nuestro mutuo deseo”.
Mi cuerpo me pregunta,
cuando volverá a suceder,
mi corazón se desespera,
“por volver a seducirte”.
Por volver verte de gozar,
eso lo deseo otra vez,
no hay placer más grande,
“que gozar los dos juntos a la vez”.
Así lo hicimos una vez,
que deliciosa sensación ,
disfrutar como disfrutamos,
“haciendo apasionadamente el amor”.
Dando rienda suelta,
a nuestra pasión desenfrenada,
dejando en blanco nuestras mentes,
“guiados por nuestros impulsos ardientes”.
Eliminando para siempre,
nuestros tabúes internos,
liberando nuestros cuerpos,
“liberando la fantasía de la mente”.
Que nos lleve a “lomos “,
de la lujuria a ver las estrellas,
y poder juntos los dos,
“fundiéndonos siendo parte de ellas”.
La experiencia vivida,
compartida por los dos,
te convertiste en mi vida,
“la razón de mi vida mi amor”.
Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)