«La confusiòn»

A veces confundimos,
cuando se trata con cariño,
equivocar una mirada cariñosa,
“con querer otra cosa”.

Donde hay una linda amistad,
se desearía querer tener,
o quizás más bien poseer,
“quién nos hace confundir”.

Sentir un abrazo,
una caricia de cariño,
lo confundimos con la malicia,
“es cómo sentirnos poseídos por la lujuria”.

Como si de un deseo oculto,
se tratase al sentirlo confundimos,
en lugar de desnudar el alma,
“deseamos desnudar el cuerpo”.

Si con cariño y amabilidad,
no la sabemos diferenciar,
consiguiendo hasta lo más lindo llegar,
“deseamos más fácil desnudar un cuerpo”.

Imaginarlo hambriento de pasión,
es la primera impresión,
pero puede ser al contario,
“se puede encontrar más faltó de amor”.

Puede sentirse sediento,
de unas caricias sobrecogedoras,
y de tiernos abrazos complacientes,
“mucho más de lo que se cree la gente”.

No debemos de pensar,
en tener sexo siempre ,
a veces el deseo carnal,
“no satisface el corazón igualmente”.

Es rico y delicioso el sexo,
saborearlo con fuego y pasión,
pero más “rico” es hacer sentir,
“al ser amado feliz”.

Ver a esa mujer feliz,
la hace más linda y hermosa,
llenarla de felicidad,
“verla hermosa como una rosa”.

Desnudar su alma,
con palabras de amor,
con hechos de cariño,
“sintiéndose feliz como un niño”.

Que se sienta la reina,
única entre todas,
dueña de ese hombre,
“sintiéndose protegida por su hombre”.

Que la inunda siempre,
con su amor sincero,
no sólo hacer la vibrar,
“en los momentos de pasión”.

A veces un cariño,
un beso en la mejilla,
abrazarla contra nuestro pecho,
“que lo sienta es un hecho”.

Para hacerla sentirse segura,
es saber hacerla sentir,
la persona más segura,
“para que se completamente feliz”.

La persona más afortunada,
la mujer más dichosa,
que la hacen de brillar,
“más hermosa que una rosa”.

Obsérvalo que es más hermoso,
poder desnudar su alma,
embriagar su corazón,
“con cariño y amor”.

Convertirla con tanto amor,
que un sólo impulso de pasión,
se desata la locura,
“que hace perder la cordura”.

La pasión nos excita,
se saborea con deseo,
pero después que queda,
“una vacía sensación”.

En cambio desnudar su alma,
poder cubrirla con amor,
reforzarla de cariño,
“el tesoro que es el amor”.

Es convertirse en uno los dos,
a base de cariño,
se llega al deseo y pasión,
“así es el fruto del amor”.

Pero qué lindo es eso,
cuando es un amor,
pleno y madurado,
“vivido y disfrutado”.

Siempre fundidos juntos,
en uno los dos,
viviendo la vida,
“feliz y completamente enamorados”.

Debemos de saber diferenciar,
que la persona puede necesitar,
disfrutar del calor,
“de un cariño sincero”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)