A pesar del silencio,
te recuerdos a cada instante,
siento tu presencia,
“me embriaga tu fragancia”.
Es el olor de tu perfume,
que mis pensamiento une,
entre el amor y el odio,
“y el desespero me consume”.
Entre soledad y nostalgia,
extraño tu voz,
tu dulce taconear,
“cuando te oía pasear”.
Paso a paso,
desde la entrada hasta cama,
desde la cocina hasta el salón,
“que disfrutábamos de nuestro amor”.
Añoro esos besos,
que endulzaban mis labios,
con sabor a miel,
“cuando te besaba una y otra vez”.
Excitaba tu cuerpo,
al besarte y acariciarte,
el mío te correspondía,
“tanto de noche o día”.
Cierro los ojos y te siento,
siento tu calor,
tus brazos apresarme,
“que lindo sentir tu cárcel”.
La cárcel de tus brazos,
al sentir tu piel,
una y otra vez ,
“me hace enloquecer”.
Roce tras roce,
siempre me pregunto,
porque se acabó esa aventura,
“y la pena es tan dura”.
Si feliz era con ella,
dejándome inmerso en mi pena,
pataleando entre un mar de recuerdos,
“ahogado dentro de ellos”.
Escogiendo entre ellos,
lindos y bellos,
ahogándome en ellos,
“sobreviviendo con los más bellos”.
Necesito tus besos,
para refrescar mis labios,
sentir como el aire,
“en mis pulmones me revive”.
Oxigenando mi sangre,
alimentando mi amor,
vuelve mi vida,
“alíviame de este dolor”.
Mi alma vagabundea,
entre tinieblas de amor,
que sin ti se muere ,
“de pena mi corazón sin tu amor”.
Si las tinieblas ,
del desamor me condenan,
yo deseo encontrar la luz,
”que mi alma la liberan”.
El silencio tuyo,
cada vez más me tortura,
deseo algún día volver,
“contigo y recobrar la cordura”.
Miguel de la mancha
(poeta y escritor)