» Acèrcate»

Ven a mis brazos,
no te ausentes más,
la vida es una,
“y no vuelve más”.

Deseo que nos fundamos,
en este fuego de amor,
hacerte prisionera del deseo,
“con un ardiente beso”.

En la cárcel de mis brazos,
que llevan derecho,
al calabozo de tus pechos,
“deseo estar allí preso”.

Viviendo el dulce momento,
cumpliendo la condena de amarte,
con mi amor poder enfermarte,
“para toda la vida poder curarte”.

Como lo estoy yo,
una enfermedad terminal,
como es este cáncer de amor,
“no deseo curarme de este bendito amor”.

Disfrutemos los dos,
esta enfermedad compartida,
que nunca tenga heridas,
“pero que sea bienvenida”.

Que no tenga desconfianza ,
que los celos no infecten,
y nos pierda la razón,
“ para destruir nuestro amor”.

Que cada día,
sea más eterno,
más dulce y maravilloso,
“más sensual y más tierno”.

Que mis labios sean
la fuente que pueda,
saciar tu ser alocada,
“con mis labios saciada”.

Que mi cuerpo sea caldera,
para que ardamos de calor ,
en este fuego de amor y pasión,
“el ardiente fuego interior”.

Estar unidos los dos,
tú para mi,
yo para ti,
“en esta vida hasta el fin”.

El uno para el otro,
que nada ni nadie,
nos pueda separar,
“por siempre jamás”.

Unidos en este mundo,
seleccionados por cupído,
por esa flecha,
“que nos ha escogido”.

Feliz por habernos unido,
en este paraíso perdido,
acompáñame en este viaje,
“un viaje sin retorno”.

Con destino la felicidad,
con billete de ida ,
prepárate que se nos escapa,
“el turno de la felicidad”.

La vida es una,
una línea directa
llamado vida de dicha,
“una dicha llena de felicidad”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)