«Mi tierra manchega»

Mi tierra manchega,
aquí desde la distancia,
mi voz no se escucha,
“pero el sentimiento si llega”.

Aquí desde mi corazón,
mis versos salen,
por eso los puedo escribir ,
“para deleitar con mi sentir”´.

Así es mi tierra manchega,
marcada en el corazón,
es tierra de hidalgos,
“como la demostró Don Quijote”.

Es una tierra noble,
tierra sufrida ,
árida y bien labrada,
“así es mi tierra la mancha añorada”.

Castillos vigilantes,
en la cima de los montes,
marcando los territorios ,
“de los nobles terratenientes”.

Pero siempre bien adornados,
de grandes y ricos viñedos,
que convierten la uva,
“en un maravilloso vino a degustar”.

La sangre de la tierra,
convertida en vino ,
nos demuestran que nuestra tierra,
“nos regala un manjar divino”.

Está el vino de Valdepeñas,
o vino de Almansa,
también el Toledano,
“deleitan el paladar más exquisito”.

Entre largos mosaicos,
entre chaparros y pedrizales,
lucen alineados como velas,
“son grandes y bellos olivares “.

Acompañado las comidas y ensaladas,
de los más exigentes,
tenemos el mejor aceite,
“ en las aceitunas siempre presente”.

No existe mejor ingrediente,
que los virginales aceites de oliva,
aderezando con su sabor,
“los mejores manjares más exijentes”.

Allá donde corta el viento ,
se deleitan mis ojos,
santo y seña de la mancha,
“se levantan los molinos de viento”.

Molinos de viento,
como guardianes del horizonte,
según el hidalgo Don Quijote,
“enemigos y feroces gigantes”.

Gigantes en movimiento,
en tierra de la Mancha,
tierra de hidalgos,
“infatigables caballeros andantes siempre combatiendo”.

Acompañados de damas dulces y consoladoras,
que te roban el corazón,
del caballero andante,
“como el corazón del visitante”.

Un placer irresistible,
nuestros exquisitos quesos,
probando el suave queso,
“queso de cabra irresistible probarle”.

Criadas en la montañas,
entre chaparros y jarales,
dan ese sabor único,
“para los más exquisitos paladares”.

Si lo deseas descubrir,
y disfrutar como Dioses,
solo en La Mancha,
“encuentras esos exquisitos sabores”.

Uno de los más ricos manjares,
son las gachas de pitos,
hecha con harina de almorta,
“sólo en la Mancha sabe tan exquisito”.

Acompañada de buen vino,
para recibir al bienvenido,
no te pierdas en tu camino,
“y con cariño se recibe al peregrino”.

Si vas a la Mancha,
eres bienvenido al lugar,
no te alborotes,
“porque estás en la tierra de don Quijote”.

Si deseas tu hambre saciar,
en la Mancha lo vas a encontrar,
suculentas y deliciosas comidas,
“pueden con el hambre más voraz”.

En la Mancha tenemos,
los tres placeres,
queso vino y mujeres,
“siempre te pueden sorprender”.

En Los Cortijos nací yo,
entre los montes de Toledo,
y mi tierra manchega,
“siempre en el corazón se lleva”.

Allí puedes disfrutar,
probando el alma de la montaña,
el agua de la fuente Motril,
“te hará siempre de vivir feliz”

La Mancha no es una leyenda,
es el corazón de España,
el Quijote la recorrió,
”y en ella nací yo”.

Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)