En una cama acostada
como siempre sola,
imaginando y pensando,
“como su corazón se le ha enamorado”.
Pensando en aquel,
que su corazón ha llenado,
su vida le ha cambiado,
“llena de luz le ha brillado”.
Por fin ha resucitado,
cambiando la gris monotonía,
por la florida alegría,
“brillando como una estrella en el día”.
Haciéndola feliz sintiendo mariposas,
ella cierra sus ojos,
y se imagina sus labios,
“saboreando la dulce miel de ellos”.
Ella sueña despierta,
imaginando su pequeña,
y molestosa barba,
“que al besarle le fastidia”.
Cuando está alejado,
ella ansía sentirla,
y siente que le besa,
“ se le eriza la piel imaginando”.
Se estremece pensando,
todo el cuerpo convulsiona,
cuando siente hormigas recorriéndolo,
“pero sueña con sus labios saboreándolo”.
Ella siente que a pesar,
de la lejanía existente,
que cuando siente susurrar su voz,
“le recorre un escalofrío excitante”.
Él le endulza siempre,
su oído deseoso,
de escucharle tan amoroso,
“diciéndole te amo mi bebé”.
Cuando ella siente,
sintiendo que al besarla,
le sale un suspiro,
“desde dentro de su corazón”.
Cuando está cerrando los ojos,
ella siente que los dedos ,
le recorren su cuerpo,
“la excitan por todos los rincones”.
Ella se lo imagina,
sintiendo su voz,
como un susurro de amor,
“a pesar de la distancia del momento”.
Ella recuerda con nostalgia,
estando unidos en el sentimiento,
siempre ansiando ese momento,
“de volver a estar unidos”.
Disfrutando de la pasión,
olvidando las lágrimas,
la tristeza y desilusión,
“por la cruel separación”.
Todavía le entristece,
al entrar a esa sala,
esa “maldita sala de espera”.
“ese era el avión le iba a llevar”.
Para emprender tan largo viaje,
irse tan lejos de su amor,
y su corazón se agita,
“cuando palpita sin parar”.
Dios mío dime,
que ira a pasar,
sintiendo esa sensación de nervios,
“viviendo en una incertidumbre”.
Nunca se acabará,
o que acabará,
ella no se imagina,
“que se siente vigilada”.
Sin llegar a pensar,
que el espíritu de él,
la está observando,
“con él la desea sorprender”.
El secreto mejor guardado,
sin que se dé cuenta ella,
estar juntos será pronto,
“a su lado compartiendo”.
Él tiene la gran sorpresa,
el billete tiene comprado,
él desea sorprenderla,
“llegando a ella sin avisarle”.
Llegándole de sorpresa,
poder llegar y besarla,
con sus brazos hacerle,
“de olvidar las tristezas de la distancia”.
Para que olvide,
los amargos momentos,
de la soledad vivida,
“ con el desespero de la espera”.
Aún duelen amargamente,
esas lágrimas que al marchar,
de sus ojos inundados,
“no paraban de aflorar”.
Al verle de marchar,
suspirando cuando va a regresar,
pero el momento ha llegado,
“la cuenta atrás ha comenzado”.
El retorno está asegurado,
volverán a tener la pasión,
y disfrutar de su amor,
“que se tienen los dos”.
Son cosas del destino,
por eso están,
tan enamorados los dos,
“por estar juntos desesperados”.
Aunque la vida te exija,
pruebas tan duras,
pero si así es el destino,
“es estar unidos así será”.
Para ellos siempre será,
siempre será eso,
cuando los corazones enamorados,
“y nunca jamás serán separados”.
Para ellos solamente,
si existe el amor,
si este está bendecido,
“para estar unidos los dos”.
El amor no entiende,
si se alejan en la distancia,
se vuelve más profundo,
“ se hace más presente el ausente”.
Miguel de la Mancha
(poeta y escritor)